martes, 1 de junio de 2010

ARTICULO: TECNOLOGÍA Y APRENDIZAJE. LA INFLUENCIA DE LAS TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN Y DE LA COMUNICACIÓN EN EL PROCESO DE ENSEÑANZA Y DE APRENDIZAJ

ARTICULO: TECNOLOGÍA Y APRENDIZAJE. LA INFLUENCIA DE LAS TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN Y DE LA COMUNICACIÓN EN EL PROCESO DE ENSEÑANZA Y DE APRENDIZAJE
Y REFLEXIÓN

Lass ventajas que se han atribuido a las TICs como instrumentos de mejora de los aprendizajes de los alumnos son numerosas. La primera es su capacidad para crear contextos de aprendizaje que abren nuevas posibilidades de información y de comunicación y que conectan con alguna de las competencias que son necesarias para desenvolverse en el siglo XXI. La segunda es su interactividad. Los estudiantes pueden adentrarse con más facilidad en experiencias de aprendizaje en las que reciben nueva información, están en contacto con otros aprendices, comprueban sus avances y dificultades y pueden ensayar estrategias diferentes para construir sus conocimientos.
En tercer lugar, los programas informáticos pueden transformar nociones abstractas en modelos figurativos, lo que facilita su comprensión y
su aprendizaje. En cuarto lugar, la utilización de los ordenadores en la escuela aproxima el entorno escolar a otros entornos del alumno [familia, amigos], lo que facilita la transferencia de los aprendizajes de unos contextos a otros. Y finalmente, el ordenador puede ampliar las relaciones de los alumnos y de los profesores con otros maestros o aprendices. Es posible establecer relaciones con otras clases, otras escuelas, otros centros de trabajo, otros grupos innovadores, de tal forma que profesores y alumnos se encuentran con profesores y alumnos que comparten sus mismos objetivos o con profesionales que van por delante pero que están dispuestos a ser los maestros.
Claro que, todo esto es posible si existe un modelo o proyecto pedagógico que soporta estas posibilidades. Si no es así, los alumnos pueden dedicar su tiempo a actividades superficiales, a conocer información desconectada o a establecer relaciones informales.
El alumno puede haber buscado y comprendido la información, pero si no hay un esfuerzo de elaboración y de reorganización de los conocimientos tal vez haya malogrado su tiempo. En ocasiones, el esfuerzo que alumnos y profesores realizan para entender el manejo del ordenador y seguir las instrucciones que conducen a los textos previstos puede limitar el trabajo de elaboración conceptual. El alumno termina la sesión con la sensación de que ha visto y buscado mucho, pero que ha aprendido poco. No es extraño, por ello, que exista una amplia prevención en determinados sectores del ámbito educativo hacia la utilización del ordenador como herramienta para el aprendizaje de los alumnos, en parte por las razones anteriormente apuntadas y, en parte, también por las dificultades y el esfuerzo que supone su correcta utilización.
Estos riesgos, a los que hay que prestar constante atención, no pueden oscurecer las posibilidades que se abren cuando se utilizan adecuadamente las tecnologías de la información. Como han señalado Bransford, Brown y Cocking (2000)3, lo que todavía no ha sido suficientemente comprendido es que el ordenador puede ser una herramienta pedagógica extraordinaria, no solo ni principalmente como fuente de información, sino como extensión de las capacidades humanas y de los contextos para las interacciones sociales
que sostienen el aprendizaje.
El proceso de utilizar la tecnología para mejorar el aprendizaje no es nunca
solamente un asunto técnico, al que afecta solo las propiedades edu-


Lo que se pone de relieve, por tanto, en estas reflexiones es que el modelo
de referencia utilizado en el proceso de enseñanza y aprendizaje es el
factor central para la valorar las potencialidades de las tecnologías de la información.
El objetivo de las reformas educativas no es, sin más, incorporar ordenadores a las escuelas sino hacerlo en el marco de un enfoque constructivo de la enseñanza, lo que supone cuidar al mismo tiempo la formación
de los profesores, la organización de las escuelas, los métodos pedagógicos,
los sistemas de evaluación etc. Sin embargo, y a pesar de esta primera conclusión, merece la pena formularse tres interrogantes.
Primero. Si se utilizan modelos de enseñanza y aprendizaje iguales, transmisivos o constructivos o una mezcla de ambos, ¿es más positivo incorporar las TICs en la enseñanza?
Segundo. ¿Qué condiciones del proceso de enseñanza y aprendizaje favorecen que las TICs desarrollen sus máximas posibilidades?
Tercero. La incorporación de las TICs a la educación escolar, ¿favorece o
dificulta la adopción de modelos constructivos de enseñanza por parte
de los profesores?
Estas tres preguntas han estado en el origen de la presente investigación y
sobre ellas volveremos a lo largo del texto.

César Coll ha argumentado brillantemente que el aprendizaje escolar es el resultado de un proceso complejo de relaciones que se establecen entre tres elementos: los alumnos que aprenden, los contenidos de la enseñanza y la tarea del profesor que ayuda a los alumnos a que aprendan. Las interacciones que se producen entre todos ellos constituyen el núcleo de los procesos de enseñanza y aprendizaje escolar. Los tres elementos forman los vértices de un triángulo interactivo que sirve de modelo figurativo a la dinámica del proceso de enseñanza y aprendizaje. Desde esta perspectiva, que integra múltiples aportaciones del enfoque constructivista y que está teniendo una enorme influencia en la práctica educativa, es posible analizar con rigor la influencia de las TICs.

El papel de la escuela
Consideramos que el papel de la escuela ha de redefinirse en el contexto que hemos intentado delimitar en el espacio anterior, entendiendo que su complejidad no puede circunscribirse a lo expuesto en un par de páginas. De todos modos, consideramos que la escuela viene llamada a revitalizar sus finalidades originarias en tanto que no existe otra alternativa social en estos momentos que pueda responder a las necesidades o problemas que tiene planteados la sociedad en general y el individuo en particular.
Así, según nuestro criterio siguen siendo fundamentales las siguientes funciones de la escuela:
— Instrumentación, entendida como la alfabetización básica en aquellos instrumentos que son requeridos para la comunicación interpersonal y que pasan por el dominio mecánico de los lenguajes.
— Socialización o alfabetización socio-cultural que conlleva el despliegue de todos aquellos aspectos que facilitan el proceso adaptativo-integrador del sujeto en el seno de la sociedad, y que va desde lo personal -desarrollo de la personalidad- hasta lo propiamente social -compromiso y participación social-.
— Construcción-reconstrucción cultural entendida como desarrollo y mejoramiento cultural de una sociedad en evolución, que exige superar niveles de simple integración para pasar a tareas de revisión crítica y aportaciones novedosas, cuyo compromiso supone al menos una aportación de naturaleza creativa.
 
Por tanto, la escuela erigida en agente social asume una tarea socializadora sumamente compleja debido en parte al desarrollo tecnológico que la transversaliza. Los componentes tecnológicos no sólo afectan a las prácticas, sino también a la teoría, la ideología y consecuentemente a los valores y actitudes tanto individuales como colectivas. En consecuencia, entendemos que la finalidad prioritaria de la escuela debe resolverse en el nudo tridimensional definido por:
— Desarrollo de un modelo cultural definido axiológicamente. Contenido educativo por excelencia: valores, actitudes y comportamientos.
— Racionalidad reflexivo-crítico-constructiva de los modelos de sociedad imperantes o en pugna.
— Reconstrucción integradora de las distintas opciones o racionalidades vigentes en un momento histórico dado, proyectándolas hacia el futuro en opciones de bondad.
Los factores o dimensiones que entrelazan el desarrollo personal de este modelo educativo con transferencia a lo social desde una perspectiva integradora pueden quedar establecidos en los siguientes términos:
— Factores de naturaleza físico-biológicos, relacionados con todo lo que es el desarrollo físico del individuo y su higiene bio-sanitaria. En definitiva, equilibrio biológico.
— Factores de tipo psico-sociológicos relativos al desarrollo cognitivo, aprendizaje y equilibrio emocional, incidiendo en el concepto de educación integral o de la personalidad.
— Factores de naturaleza ético-política, más relacionados con la actividad social y pública del individuo, basada en la corresponsabilidad y compromisos sociales que se corresponden con el modelo social y el desarrollo de valores y comportamientos.
 

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